Gobiernos de Costa Rica y Nicaragua: Proteger el agua de Las Camelias y Los Guatuzos

ESTE LAGARTO ESTÁ A PUNTO DE MORIR POR FALTA DE AGUA Y ALIMENTO EN EL CAUCE SECO DEL RÍO SAN RAMÓN



El refugio de vida salvaje Los Guatuzos, de casi 44,000 hectáreas, se encuentra situado en la orilla sur del lago
Cocibolca y se extiende a lo largo de algunos kilómetros del
cauce del río San Juan, en la República de Nicaragua.

El río más importante es el Papaturro que además es la
única vía de acceso a las comunidades de Los Guatuzos desde Nicaragua y un elemento fundamental para la vida silvestre. Este río es la prolongación en Nicaragua del río costarricense San Ramón, que nace en los humedales ticos llamados Las Camelias.

El lugar ha sido catalogado por la Unesco como Reserva de la Biosfera y fue el primero del país que ingresó a la lista de humedales de importancia internacional del Convenio de Ramsar. El Ramsar considera que las condiciones ambientales de Los Guatuzos pueden considerarse únicas en el mundo.

En este territorio se han encontrado 315 especies de plantas, entre ellas 130 de orquídeas, 81 de anfibios, 136 de reptiles,
42 de mamíferos y 364 de aves incluyendo las dos únicas especies endémicas del país, el semillero nicaragüense ( Sporophila nuttingi ) y el zanate nicaragüense o zanatillo ( Quiscalus nicaraguensis ). En:

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Puedes ver fotografías de algunas de las especies de fauna de Los Guatuzos.
En Los Guatuzos conviven en equilibrio armónico esta gran biodiversidad y alrededor de 2000 personas agrupadas en varias comunidades que se dedican a actividades agropecuarias y también al turismo ecológico. Las posibilidades de la zona para
el desarrollo de este tipo de turismo amigable con el ambiente son enormes y esta actividad puede contribuir tanto a la conservación del área como a la mejora de las condiciones de vida de la población.

Pero en la actualidad la reserva esta amenazada gravemente por la desecación del Papaturro, que no es solo consecuencia del cambio climático y los tres años seguidos de fenómeno de El Niño, que afectan a toda Centroamérica, sino también
de la desviación del agua de la laguna y el humedal Las Camelias en Costa Rica para su aprovechamiento por parte de las grandes plantaciones de arroz del norte de este país.

El río ha ido perdiendo caudal progresivamente. Donde antes navegaban barcas que podían transportar a más de cien personas ahora, entre la bocana y la comunidad que
lleva el mismo nombre del río, no pueden circular ni pequeñas lanchas. Las personas que tratan de llegar desde San Carlos tienen que caminar más de un kilómetro por una trocha cargando sus pertenencias y el río está prácticamente seco a partir del puente de Papaturro. En estas condiciones la vida silvestre
se encuentra en grave peligro.

Desde 2011 hay denuncias de la ciudadanía costarricense y nicaragüense sobre el desvío del agua de la laguna
Las Camelias porque ha producido alteraciones en los humedales ticos y serios problemas en zonas agropecuarias también de Costa Rica. Pero el gobierno de Costa Rica nunca ha obligado a las empresas involucradas a resolver el problema
causado a pesar de que existen resoluciones judiciales en este sentido. El gobierno de Nicaragua tampoco ha tomado medida alguna.

Los pobladores de las comunidades nicaragüenses y costrarricentes de la zona se han reunido en diversas ocasiones e intentan que ambos gobiernos dialoguen y lleguen a
acuerdos que resuelvan esta amenazadora situación que puede destruir un importantísimo espacio natural y llevar a la miseria a sus habitantes.

Este problema, como todos los ambientales, no tiene en cuenta las fronteras políticas y sus impactos van bastante más allá de los dos países directamente implicados porque está afectando recursos naturales de relevancia para todo el planeta.