Alto a la cacería deportiva de aves migratorias en las Ciénegas de Lerma, México.

También puede usted participar para detener la destrucción de las Ciénegas.

Las Ciénegas de Lerma es uno de los mayores tesoros naturales de México y probablemente uno de los menos apreciados. Representa el lugar con mayor riqueza natural del Valle de Toluca, y los últimos lagos naturales de los valles del centro del país; pues aunque existen algunos otros como el de Texcoco o Xochimilco, estos son artificiales, únicamente las Ciénegas de Lerma mantienen vestigios naturales con miles y hasta millones de años de antigüedad.

A nivel de continente norteamericano, está considerado como uno de los 150 lugares más importantes para su conservación, pues es el hogar de más 300 especies de plantas y vertebrados, además de una población (al menos hasta 2002) de 100,000 aves migratorias.

Es un espacio que al menos todos los habitantes del Valle de Toluca deberían conocer; un lugar verdaderamente hermoso, un oasis natural que se mantiene precariamente vivo ante múltiples amenazas que han reducido su extensión en un 90% en los últimos 60 años.

Es espectacular ver los grupos de cientos de especies de aves, peces y anfibios viviendo en su entorno natural, reluciendo también un cielo que se ve especialmente majestuoso en otoño cuando llegan miles de aves procedentes de diversas regiones de norteamérica, algunas de ellas desde los lejanos lagos de Canadá.

Sin embargo es lamentable que miles de estas aves ya no regresen a casa, pues llegan a las Ciénegas de Lerma, solo para ser asesinadas por los cazadores, dado que está permitida la caza en este ecosistema único y vital; y es precisamente en esta época que llegan miles de aves migratorias, que empieza la temporada de caza, la cual, no es vigilada ni controlada de forma permanente por las autoridades correspondientes; únicamente se venden las millonarias concesiones y los cazadores matan miles de aves, protegidas o no, permitidas o no, por simple diversión.

La cacería “deportiva” es un acto severamente cuestionado actualmente, ha quedado en evidencia como un acto brutal de la humanidad; países más conscientes al respecto como Costa Rica han abolido la cacería en todo el país por ejemplo; mientras que en México no hemos sido capaces de proteger ni los lugares más sensibles e importantes.

La cacería no afecta únicamente a las aves, pues miles de balas de PLOMO, uno de los elementos más tóxicos, son descargadas sobre las ciénagas, las cuales albergan a más de 15 especies amenazadas o en peligro de extinción como son:

Ambystoma lermaense

AJOLOTE DEL ALTO LERMA (Ambystoma granulosum) y AJOLOTE DEL LAGO LERMA (Ambystoma lermaense), consideradas por la UICN* hasta este 2012 como “seriamente amenazada” que es la última alerta antes de la extinción. Ambas especies son endémicas del Alto Lerma.

PUPO DEL LERMA (Algansea barbata), otra especie reconocida como endémica de la región y que en 1993 (Diaz Pardo) se lanzó una petición para protegerla especialmente pues es una especie rara y destacada para estudios de conservación in situ y ex situ. En 1998 se capturaron 8 ejemplares, pero no se ha vuelto ha realizar un estudio actualizado, ni siquiera la UICN le ha podido otorgar una clasificación. También se reportan amenazadas diversas especies de charales (Chirostoma humboldtianum, Ch. jordani, Ch. Riojai), así como el pez Notropis sallei.

Streptoprocne semicollaris

También es de especial importancia la protección de aves en riesgo que podrían ser blanco de los cazadores, ignorantes de las especies amenazadas como el Avetoro Norteño (Botaurus lentiginosus), Gavilán Pico Gancho (Chondrohierax uncinatus), Gavilán de Cooper (Accipiter cooperii), Aguililla Rojinegra (Parabuteo unicinctus), Aguililla Pecho Rojo (Aguililla Pecho Rojo), Aguililla de Swainson (Buteo swainsoni), Aguililla Cola Blanca (Buteo albicaudatus), Aguililla Aura (Buteo albonotatus), Halcón Peregrino (Falco peregrinus), Rascón Limicola (Rallus limicola), Rascón Real (Rallus elegans), Búho Cuerno Corto (Asio flammeus), Chipe de Tolmie (Oporornis tolmiei), Vencejo Nuca Blanca (Streptoprocne semicollaris), todas reconocidas como “Especies Amenazadas” por la Norma Oficial Mexicana y este último una especie endémica de la región.

Mascarita Transvolcanica

También se destaca el Colorín Sietecolores (Passerina ciris), Pibí Boreal (Contopus cooperi), Vireo de Bell (Vireo bellii), Zarapito Pico Largo (Numenius americanus) y el Chipe Crisal (Vermivora crissalis) como especies “Casi amenazadas” según su categoría en la UICN.

También la UICN identifica a la Bisbita Llanera (Anthus spragueii) como una especie “Vulnerable”.

Una de las especies que mayor protección debe tener es la Mascarita Transvolcánica (Geothlypis speciosa), ejemplar endémico de las Ciénegas de Lerma, reconocida como “En Peligro” por la UICN y “En Peligro de Extinción” por la NOM.

Hay otras especies endémicas como la GALLINETA AMARILLA (Coturnicops noveboracensis goldmani), que no se le ha vuelto a ver en décadas, por lo que se puede considerar casi extinta.

También hay más de 39 especies de plantas en peligro de extinción. (Con datos comprobados hasta el 2006.)

Se requiere protección urgente; están involucradas varias especies endémicas, es decir, únicamente existen en este lugar, son producto de millones de años de evolución, y requieren una protección especial inmediata o se perderán para siempre, como ya ha ocurrido con muchas otras especies en estos últimos años.

Y no es por casualidad, ha sido muy dañina la decisión de asignar al Río Lerma, que pertenece al segundo sistema de ríos más grande del país (y número 74 del mundo), que además alimenta al lago más grande de México y atraviesa a las Ciénegas de Lerma (que de hecho son su origen), como el canal de desagüe de una de las zonas industriales más grandes y contaminantes del continente. Hasta el día de hoy, se siguen descargando toneladas de residuos tóxicos en estos humedales y río que deberían ser parte del patrimonio natural de la humanidad y Reserva nacional de la Biósfera.

También este año se cumplió otro de los atentados recientes a estos humedales, la apertura al tránsito del primer tramo de la polémica autopista Lerma-Tres Marías, que pasa a tan solo unos metros de las Ciénegas de Chicognahuapan y Chimaliapan y que incumplió los compromisos más importantes que firmó con las comunidades para garantizar un mínimo impacto a los humedales y a su población; lo cual propició que la comunidad de San Pedro Tultepec montara un campamento para detener la apertura de la autopista que duró varios días y que fue desalojada por la fuerza por la policía estatal la madrugada del 22 de Julio del 2011.

Entre los incumplimientos se destaca que la inclinación de la autopista no fue la que estaba marcada en el proyecto, y que evitaría que el agua de la autopista cayera del lado de las ciénagas, algo que nunca se implementó; también se dijo que se construirían pasos de agua especiales para que únicamente corriera agua del lado de los humedales al lado del Rio Lerma, lo cual tampoco funcionó, permitiendo la entrada constante de cientos de litros de agua contaminada procedente del tóxico afluente.

De hecho quedó en evidencia en un documental titulado SOS Humedal Lerma, de un grupo de San Pedro Tultepec, que de ese lado de Chimaliapan se presenta desde hace tiempo la muerte de peces; lo cual es un indicador evidente del grado de contaminación que están teniendo los humedales.

Igualmente en la Ciénega de Chignahuapan, ya se ha construido un tramo de autopista a escasos metros de los humedales, algo que contradice la legislación vigente, y fue una de las acciones que propició la creación del “Frente de Pueblos Indígenas en Defensa de la Madre Tierra”, que son quienes en parte mantienen detenido al ecocida proyecto de la autopista Santa Fe (Naucalpan)- Aeropuerto de Toluca.

La legislación vigente obliga a la SEMARNAT, Secretaria del Medio Ambiente estatal y a los administradores de las UMA’s, que son quienes regulan la cacería, a presentar informes detallados de la cantidad de aves que son asesinadas cada temporada, así como estudios y conteos anuales para determinar el número preciso de especies que existen en peligro de extinción o no; impunemente siguen sin presentarse los estudios que demuestren y justifiquen la cacería como forma de aprovechamiento.

Ante estos hechos exigimos un decreto de veda a la cacería, mientras no se garantice la conservación de las Ciénegas de Lerma y todas las especies amenazadas y en peligro de extinción que sobreviven. Pues las balas de plomo podrían terminar con la vida de decenas de especies si se vuelve a permitir la cacería otra temporada más.

Existen diversos decretos y convenios que protegen de forma específica a las Ciénegas de Lerma; en el ámbito nacional está reconocido como un Área de protección de la Flora y la Fauna (27 de Noviembre del 2002), de manera estatal como Santuario del agua (12 de mayo 2006), y de forma internacional como “Humedales de importancia internacional” por Ramsar.

ONG’s locales están en campaña desde hace tiempo para restaurar de forma constante y definitiva la pureza natural de los humedales y de todas las especies que los llenan de vida, por lo cual la lucha por la defensa de las Ciénegas de Lerma está en proceso.

Aunque ya está en marcha un plan de acción para elaborar un proyecto abierto, integral y permanente que garantice la conservación de las ciénagas, y en el cual se pretende involucrar a todos los profesionistas, sabios de las culturas originarias e interesados de la región, también existe la propuesta de realizar algunas acciones urgentes incluyendo la consulta pública para detener el deterioro de las mismas.

ONG’s de Lerma están lanzando una convocatoria de emergencia para sabotear y denunciar la cacería por medio de varias actividades. Si está más interesado en el tema visite ret.org.mx o póngase en contacto con COMALAC para conocer los detalles.