Con
este mensaje
queremos pedir de la manera más urgente y vehemente
posible, en nombre de nuestros compañeros Jesuitas y de todas las
personas de buena voluntad que ven con preocupación y dolor lo que acontece en
Honduras,
que la Organización de Estados
Americanos (OEA), la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y a la Unión Europea
(UE) en nombre de todos los ciudadanos del mundo,
dando pruebas de independencia y de verdadero espíritu democrático:
- MANIFIESTEN
públicamente su indignación y rechazo
frente a la manera como el actual gobierno de Honduras ha conducido este proceso
pre y post electoral
·
- DECLARAN
urgentemente LA APLICACIÓN de la CARTA DEMOCRÁTICA INTERAMERICANA y que,
con base en dicho instrumento,
- EXIJAN
del
actual gobierno de Honduras - y de la embajada norteamericana, que le apoya - la anulación
de las elecciones generales del pasado 26 de noviembre.
- Que PROMUEVAN y
GARANTICEN un gran acuerdo nacional
y el nombramiento de un gobierno provisional y transitorio que se
comprometa a:
- realizar
un plebiscito para colocar a
consideración del Constituyente Primario los artículos pétreos de la
Constitución Nacional que prohíben la reelección presidencial, y
- convocar
y organizar bajo la vigilancia internacional, un nuevo proceso electoral en el tiempo razonable y posible.
Después
del 26 de noviembre pasado, día en que los ciudadanos acudieron masivamente a
las urnas electorales, la situación en Honduras no ha hecho más que degradarse.
Se han constatado numerosos signos de graves irregularidades en el proceso pre
y post electoral y, por eso, el pueblo hondureño está en las calles exigiendo
respeto por su voto.
La
respuesta del actual gobierno no ha sido otra que represión: estado de sitio,
toque de queda, persecución, violencia, muertos. Además de la
inconstitucionalidad de su pretendido segundo mandato, el fraude electoral
orquestado por el actual presidente y sus aliados es patente. Se reciben
noticias de represiones salvajes en comunidades donde
la policía militar lanza bombas lacrimógenas dentro de las casas, destruye las
puertas de las viviendas y los vehículos de la gente que protesta. Han llegado incluso
a impedir que la población brinde socorro a ciudadanos heridos en los
disturbios. Se cuentan ya más de 95 protestas (tomas) populares en los
18 departamentos del país, y el número de personas detenidas excede los 1.600;
hay cuentas de por lo menos 20 personas asesinadas por la policía militar en
estos últimos 20 días. El gobierno del señor Juan Orlando Hernández continúa
intentando por todos los medios silenciar al pueblo y a las instituciones que
osan levantar la voz (radios, prensa) reclamando transparencia. Radio Progreso,
por ejemplo, una de las emisoras más escuchadas en el país y más comprometidas
con el pueblo, con la verdad y con la democracia, ha sufrido un grave atentado
contra sus instalaciones de retransmisión en la zona de Tegucigalpa.
En
estos momentos críticos de la historia hondureña y latinoamericana es
indispensable la participación activa de la OEA, de la ONU, de la UE y todos
los Organismos Internacionales multilaterales, para que junto a todos los ciudadanos
de Honduras, de Latinoamérica y del mundo en general, defendamos las conquistas
democrátias obtenidas hasta ahora.