Se mire por donde se mire, los resultados de ayer constituyen una soberana paliza al agotado bipartidismo.

Pero, sobre todo, una abrumadora condena a los obscenos recortes y ayudas a la banca, al imperio de los corruptos y las mordazas, al tocomocho del empleo precario, al desastre de la pobreza infantil, a las mafias del sector eléctrico...

Los ciudadanos hemos hablado. Ahora toca que Sánchez, Iglesias, Rivera, Garzón, los líderes nacionalistas... todos muestren la visión y el coraje necesarios para permitir un acuerdo que dé paso a un gobierno plural y responsable que defienda nuestra democracia y los intereses de la gente de a pie.

La tarea es complicada y los próximos días decisivos. Pero si logramos responder a la incertidumbre con un rotundo llamamiento ciudadano al diálogo y a la superación de los egos y cálculos partidistas, podemos inspirar a nuestros representantes a que estén a la altura de este momento histórico. Por un futuro de esperanza y cambio, únete y corre la voz.