Adoramos a Meredith. Fue una persona increíble y una colega y amiga de admirar.
El último acto de generosidad de Meredith fue donar sus órganos. En un momento en que su propia familia estaba experimentando tanto dolor, les dió a otras familias la esperanza que necesitaban. La mujer que recibió los pulmones de Meredith -que es miembro de Avaaz desde 2007- dice que se despertó del doble trasplante de pulmón y exclamó: “por primera vez en la vida, puedo respirar profundo", ¡esta vez usando los pulmones de Meredith!
Gracias a su regalo, esta madre de 46 años podrá ver crecer a sus tres hijos y continuará el legado de Meredith como luchadora por la justicia social. Si aún no lo eres, considera hacerte donante. Si lo eres, anima a tus amigos a que se comprometan a serlo también.
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