Soy Nestora Salgado, esta es mi historia
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Mi pueblo, Olinalá, vivía la ola de violencia e impunidad que muchos municipios de Guerrero y de México viven desde hace años. Los sicarios se paseaban armados por las calles sin que nadie los detuviera, violaban niñas y niños en las escuelas primarias, dejaban a niñas embarazadas, secuestraban indiscriminadamente, extorsionaban los negocios familiares de la gente trabajadora, y todo esto sin que el Estado dijera o hiciera nada.
El miedo reinaba, estaba presente en todos lados. Yo sabía que no podíamos seguir viviendo así.
Me uní a la policía comunitaria, no por gusto, sino por necesidad. Es mi obligación que mis dos hijas crezcan en un ambiente de paz, y el Estado no nos daba la seguridad que le corresponde.
Yo solo quería un poco de paz para mi pueblo. Y organizarnos, es nuestro derecho como pueblo originario. La policía comunitaria fue avalada por el gobernador bajo la Ley 701 del Estado de Guerrero. Así fue que me volví la Coordinadora de la Policía Comunitaria de Olinalá - por mi, por mis hijas, por mi pueblo, por mi país.
Al gobierno no le gustaba lo que hacíamos, mucho menos cuando empezamos a denunciar a funcionarios públicos y autoridades por cometer delitos, muchas veces involucrados con el crimen organizado.
Cuatro muchachas que estaban colaborando con los sicarios fueron detenidas por el pueblo, pero yo intervine para evitar que las quemaran. Nunca las privé de su libertad, ni las detuve por la fuerza.
Esta es mi historia, pero también es la historia de muchos y muchas en México. He peleado por mi libertad y lo seguiré haciendo hasta que lo logre.
Ayúdame a solicitarle al Fiscal General del Estado que desista las falsas acusaciones que me han hecho y al Tribunal Superior de Justicia del Estado de Guerrero que respete mis derechos humanos al debido proceso y a que sea imparcial. Ayúdame firmando y pasando la voz.
Nestora Salgado
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