El mundo contuvo el aliento cuando la Corte Penal Internacional emitió una orden de arresto contra Putin por crímenes de guerra relacionados con menores. Sin embargo, a menos que este arresto se produzca, no habremos dado ningún paso que nos acerque a la justicia.

Putin está convencido de que no le pasará nada. Por eso está pensando viajar a Sudáfrica en agosto, pese a saber que el gobierno del país tiene la obligación legal de detenerlo. Si llega a hacer el viaje, ¡será un triunfo para la impunidad en el mundo!

Pero podemos darle la vuelta a la situación. En estos momentos, parece haber diversidad de opiniones en el seno del gobierno sudafricano y un gran clamor ciudadano global podría inclinar la balanza. Vamos a reunir un millón de voces para exigir que Sudáfrica declare con firmeza que detendrá a Putin en cuanto ponga un pie fuera del avión. Cuando nuestra petición cuente con un respaldo abrumador, se la llevaremos directamente al presidente sudafricano junto a los periódicos que lee a la hora del desayuno. Alcemos nuestra voz por la justicia, firma ya y difunde.