Paremos la pandemia de la caza furtiva

Elefantes, rinocerontes, pangolines, gorilas: su supervivencia depende de presupuestos frágiles y ajustados que financian su protección -- y el coronavirus ha acabado con ese salvavidas. Un ejército de 40 mil guardas protegía en su día a estos increíbles animales. Ahora, la mitad podrían perder su trabajo, dejando a la fauna salvaje a merced de cazadores furtivos y criminales.
Pero hay esperanza.
A lo largo de la pandemia, un aguerrido equipo de investigadores encubiertos ha trabajado sin descanso para seguir la pista a redes de caza furtiva sedientas de sangre y llevarlas ante los tribunales en nueve países africanos. Son la peor pesadilla de los furtivos -- ¡y ya han encarcelado a miles de personas!
Sin embargo, su financiación también está bajo mínimos y nos necesitan ahora más que nunca.
Es nuestra oportunidad de ser un salvavidas para la fauna salvaje críticamente expuesta y vulnerable. Si somos suficientes los que contribuyamos tan solo lo que cuesta un café, podríamos ayudar a encarcelar a más criminales, exponer a redes de tráfico internacional y acelerar nuestras campañas mundiales para proteger la naturaleza y salvar a las especies más vulnerables de la Tierra. Dona ya lo que puedas -- ¡paremos esta pandemia de la caza furtiva antes de que comience!
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