No a la muerte del Salón Nacional de Artistas Colombianos
El Salón Nacional de Artistas Colombianos, el evento más importante de nuestra cultura visual y el mayor patrimonio tangible de la comunidad artística del País está en peligro de desaparecer debido al capricho e inconsciencia de los actuales funcionarios del Ministerio encargados de las políticas culturales relacionadas con las Artes Plásticas del Pais. Se intenta reemplazar de manera definitiva este evento de inmensa tradición, arraigo y beneficio, por un dudoso evento internacional, cambiando el esquema original de participación abierta y plural con convocatoria pública, reduciendo el número de participantes, excluyendo a las regiones y suprimiendo su nombre original, que es como una marca registrada y esto, será un despojo de dimensiones mayúsculas que causará inmenso daño a la cultura y al arte nacional.
La ausencia del Salón en su modelo original ya ha dejado un gran vacío y el propósito de convertirlo a un formato de exhibición internacional es un inmenso error propiciado por intenciones oscuras y equivocas.
A las nuevas generaciones y a la sociedad desapercibida se le está vendiendo la idea de que el Salón Nacional de Artistas Colombianos fue un salón elitista, decadente, anacrónico e inútil. Nada más alejado de la realidad; el Salón fue en todas sus ediciones un evento democrático, plural, incluyente, vibrante, a veces polémico, pero nunca intrascendente. Un evento con un inmenso arraigo en la comunidad artística y en la sociedad en general.
El Salón acogió durante sus 43 ediciones y 63 años de existencia, a todos los artistas visibles del país y premió a destacadas figuras, incluso en momentos en que su obra no tenia el reconocimiento posteriormente alcanzado.
Para muchos artistas el Salón era prácticamente el único espacio de exhibición porque su obra era: anti comercial, efímera, performancística, experimental, imposible de montar en otro espacio por sus dimensiones y condiciones, por ser un artista desconocido, por ser joven, por ser de provincia y todas las sumatorias y permutaciones de estos factores.
En los Salones Nacionales de Artistas Colombianos, el espectador podía encontrar la obra de los grandes maestro, de los artistas maduros y de los jóvenes con sus propuestas experimentales y renovadoras.
No se compadece la reconocida calidad del arte nacional con la falta de un evento expositivo oficial que permita al público general entrar en contacto con esta dinámica que es parte integral de la cultura colombiana y un espacio generador de pensamiento, reflexión y disfrute estético.
El Salón como una gran empresa cultural de la Nación, nos pertenece a todos los artistas colombianos y su entrega a la transnacional de las curadurías bienaleras, un desmedro al patrimonio social . Si cada artista colombiano pierde un espacio de participación en beneficio de la presencia de artistas extranjeros, estamos ante un mal negocio.
Se va a usar la “joya de la corona” del arte colombiano y su capital económico para ofrecerlo como prenda, como basa para entrar a ese mundo de los grandes espectáculos del arte internacional.
Los artistas colombianos no van a ganar nada y si a perder todo lo que el Salón aportaba.
Por todo lo anterior solicitamos de la manera más atenta y urgente
SALVAR EL SALON NACIONAL DE ARTISTAS COLOMBIANOS