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Que se permita a los profesores universitarios seguir dando clases luego de los 70 años

Que se permita a los profesores universitarios seguir dando clases luego de los 70 años

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Esta petición ha sido creada por Eduardo M. y no necesariamente representa la opinión de la comunidad de Avaaz
Eduardo M.
creó esta petición para
Consejo Superior de la Universidad de Buenos Aires
La reglamentación de la UBA que expulsa de la universidad a los profesores que cumplen 70 años  es un despropósito porque a esa edad se encuentran en la mayor plenitud de conocimientos y capacidades, y mantienen su vocación para seguir enseñando.
Además es un sistema en el que todos pierden:
Pierden los alumnos, porque los profesores mayores son reemplazados por profesores jóvenes, con entusiasmo pero sin sus conocimientos, experiencias, valores y sabidurías.
Pierden los profesores mayores de 70 años, porque la jubilación forzosa los priva de un propósito de vida, de la consideración social, de su grupo de pertenencia y de la posibilidad de seguir generando y aportando ideas y valores.
También pierden los profesores jóvenes, porque no van a poder prolongar su carrera cuando lleguen a los 70 años con ganas de seguir enseñando y se quedan sin la orientación y la supervisión de los mayores.
Pierde la enseñanza pública porque, en muchos casos, los que son expulsados de las universidades públicas con acogidos por las universidades privadas, produciéndose una suerte de fuga forzada de cerebros.
También pierde el presupuesto del Estado, ya que tendrá que hacer frente al sueldo del nuevo profesor al mismo tiempo que al haber del docente jubilado.
Finalmente, pierde la sociedad toda porque el encuentro y el diálogo intergeneracional que se producen en la universidad, entre los profesores (“seniors” y “baby boomers”) y los alumnos (“millenials” y “centenials”), es uno de los pilares del equilibrio entre los valores de la modernidad y de la posmodernidad, eje de una sana convivencia social.
Además, la expulsión solo por causa de la edad implica discriminación de “edadismo” o “viejísimo” prohibida por la Convención Interamericana sobre la Protección de los DDHH de la Personas Mayores de 2015, ratificada en 2017 por ley 27.360 y obligatoria en nuestro país.
Finalmente, recordemos que la docencia universitaria no es un empleo en que los conocimientos de los viejos van quedando tecnológicamente obsoletos en un mercado laboral inflexible, lo que exige que se retiren para abrir paso a los jóvenes, sino una función de gran importancia social donde los conocimientos se acrecientan y actualizan con el paso del tiempo y se trata de un mercado en permanente expansión.







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