Juicio y formal prisión al homicida Carlos Slim

Como dueño y principal beneficiario de las operaciones de Carso Infraestructura y Construcción S.A. de C.V., (CICSA), Carlos Slim Helú debe asumir la máxima responsabilidad por el homicidio negligente de 27 personas usuarias de la Línea 12 del Metro de la Ciudad de México durante el accidente del 3 de mayo de 2021; sin mencionar los 80 heridos, los cientos de miles o millones de usuarios afectados, y el daño y degradación generalizada al estatus de todos los mexicanos en las esferas profesionales y jurídicas internacionales, así como las pérdidas económicas que todo ello comporta (tanto la inversión pública de la obra en cuestión como todas las pérdidas económicas derivadas del accidente).

Diversas líneas de evidencia y peritaje independiente han concluido que el accidente fue causado por la construcción deficiente del mismo, a cargo de la empresa del magnate e ingeniero civil Carlos Slim, así como un total y negligente desapego a los estándares de calidad de la profesión.

La Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México tiene la obligación jurídica de perseguir por oficio estos violentos actos, suscitados en su jurisdicción y producto de una obra pública pagada con el dinero del pueblo y las víctimas que ostenta representar y defender. En su defecto, el caso deberá ser abordado por tribunales e instancias superiores, con justo merecimiento.
Los firmantes, en nombre del pueblo de México, exigimos a estos y otros organismos de gobierno (ej. el gobierno de la CDMX) un cese a la deflexión y persecución parcial y simbólica de funcionarios públicos cuya responsabilidad por el accidente es apenas tangencial (a saber, los encargados de operar el metro y los antiguos jefes de gobierno que comisionaron la obra). La verdadera causa del accidente fue el accionar consciente, libre y abiertamente codicioso y negligente de una empresa y su dirigente, de nombre y apellidos Carlos Slim Helú, quien en su rapaz y misántropa carrera por acumular riqueza ha tocado el fondo de escatimar el gasto de elementos básicos de seguridad en la construcción del paso elevado de la obra, según señalan los peritajes.

Carlos Slim, con una fortuna de decenas de miles de millones de dólares equivalente a todo el PIB de países enteros como Bulgaria, Guatemala o Luxemburgo, ha colmado la paciencia y dignidad de 130 millones de mexicanos, de los cuales casi la mitad vivimos precarizados por debajo de la línea de pobreza, a instancias de éste y otras lacras antisociales y sus lamebotas en el gobierno que se supone nuestro representante y defensor. Más aún, el evento se presenta durante una administración de gobierno nominalmente opuesto a las rapaces prácticas neoliberales de las que Slim Helú ha sido máximo exponente ya por décadas. Esperamos y recomendamos pues que el presidente de la república, Andrés Manuel López Obrador, denuncie públicamente al neoliberal empresario y cancele inmediatamente los múltiples contratos que mantiene con el actual gobierno, notáblemente su involucramiento en la construcción del Tren Maya, si acaso el presidente pretende mantener una congruencia y decencia mínima en su discurso.

No estamos conformes con que CICSA comprara el silencio de las familias de las víctimas. ¿Si alguien matara por negligencia a los hijos del mismo Slim Helú, de Claudia Sheinbaum o de López Obrador, se conformarían éstos con 4 o 6 millones de pesos?, ¿o lo llevarían a prisión? La mera construcción de la obra habría redituado a CICSA en una ganancia de miles de millones. Los asesinos en serie como Carlos Slim Helú deben pisar la cárcel, donde pertenecerán hasta su últimos días por el bien y la seguridad de la gente.