¡Los líderes mundiales acaban de fijar en las negociaciones sobre el clima de la ONU un objetivo histórico que podría salvar todo aquello que amamos!
Es por eso por lo que salimos a la calle, firmamos peticiones, hicimos llamadas, donamos y mandamos mensajes. Es eso lo que habíamos anhelado: un enorme y radiante punto de inflexión en la historia de la humanidad.
Lo llaman cero emisiones netas -- un equilibrio entre lo que liberamos en la atmósfera y lo que se absorbe naturalmente. Así, cuando las aguas vuelvan a su cauce y el Acuerdo de París esté en manos de los legisladores, las energías limpias serán la mejor forma, la más barata y efectiva, de mantener esta promesa. ¡Esto nos da la plataforma que necesitamos para realizar el sueño de conseguir un futuro seguro para las generaciones venideras!
Este momento necesitó de un movimiento social y ciudadano. Durante las últimas semanas, nuestra comunidad ha jugado un papel extraordinario al contribuir a que se aprobara este acuerdo histórico. Tras haber pulverizado los récords mundiales al salir a la calle por cientos de miles en todo el mundo, llevamos nuestras voces a la cumbre -- literalmente -- recibiendo a las delegaciones con un coro de mensajes personales de los miembros. Después, el equipo de Avaaz le entregó nuestra petición directamente al Secretario General de la ONU, dando comienzo a una serie de campañas increíbles.
“Cuando en 2014 el Secretario General de la ONU convocó su Cumbre sobre el Cambio Climático y cientos de miles de personas salieron a las calles de Nueva York, fue entonces cuando supimos que teníamos el poder ciudadano de nuestra parte”
Desde el disparo de salida hasta la línea de meta de la conferencia, cada vez que un gobierno bloqueaba el avance de las negociaciones, nosotros respondíamos, y cuando abrían camino, lo íbamos pregonando. Nuestra comunidad ha exigido a nuestros dirigentes que llegaran más lejos a través de 45 acciones diferentes en solo 14 días. Y hemos logrado un impacto increíble:
Después de que el gobierno indio se mostrara en contra del uso de energías 100% limpias, los miembros de Avaaz filmaron las inundaciones de Chennai y proyectaron estas imágenes junto con mensajes procedentes de toda la India en una pantalla situada dentro de la conferencia. Al día siguiente, un destacado medio nacional anunció que Modi había cambiado de opinión, y declaró: “¿Que qué es lo que ha provocado este giro? … Un vídeo que estaban proyectando en pantallas gigantes dentro del recinto de negociaciones del cambio climático con entrevistas a los supervivientes de las inundaciones de Chennai”.
Y eso fue solo el principio -- nuestras marchas, mensajes y llamamientos en vídeo se exhibieron continuamente en el exterior de la sala principal de negociaciones. Todos los días, les recordamos a Jefes de Estado, ministros y a todas sus delegaciones nuestra presencia, llamándoles a la acción.
Después, tras haber empapelado París de carteles con las caras de los representantes de los peores grupos de presión de las empresas de combustibles fósiles y negacionistas del cambio climático, exigiendo a nuestros ministros que los ignoraran, ¡conseguimos que la representante de la mayor compañía minera del mundo se retirara del todo de las negociaciones!
Cuando se supo que Argentina y Arabia Saudita iban en contra del acuerdo, los miembros de Avaaz de estas dos partes del mundo iniciaron acciones urgentes y conseguimos una extensa cobertura mediática. En Argentina, inundamos de mensajes al nuevo presidente electo, que se había comprometido al uso de energías renovables, para que mandara una delegación a París. Y esta llegó en cuestión de días. El gobierno saudita estaba tan preocupado por la atención pública que un abogado llamó a nuestro equipo en representación del reino para decir que nos iban a demandar.
Y, hace solo unas horas, la ministra alemana daba las gracias personalmente a los miembros de Avaaz por hacer que ella y su delegación se sintieran respaldados constantemente durante todas las negociaciones.
Pero, seguramente, lo más efectivo que hizo nuestra comunidad fue recaudar cientos de miles de dólares para reforzar la presencia de las Islas Marshall en las negociaciones. Su ministro se convirtió en uno de los héroes de París al anunciar la Coalición de Alta Ambición, que salvó la tóxica brecha norte-sur y consiguió que 100 países se pusieran a trabajar juntos.
Cuando pidieron que otros países se unieran a ellos, los miembros de Avaaz lanzamos campañas y empezamos a enviar mensajes a las delegaciones de las grandes economías emergentes -- en unas horas, Brasil había respondido al equipo de Avaaz y, 48 horas más tarde, también se sumó a la Coalición de Alta Ambición.
¡Y esas son solo algunas de las increíbles campañas en las que hemos trabajado en este corto período de tiempo!
Este momento necesitó de un movimiento social y ciudadano. Durante las últimas semanas, nuestra comunidad ha jugado un papel extraordinario al contribuir a que se aprobara este acuerdo histórico. Tras haber pulverizado los récords mundiales al salir a la calle por cientos de miles en todo el mundo, llevamos nuestras voces a la cumbre -- literalmente -- recibiendo a las delegaciones con un coro de mensajes personales de los miembros. Después, el equipo de Avaaz le entregó nuestra petición directamente al Secretario General de la ONU, dando comienzo a una serie de campañas increíbles.
"Cuando en 2014 el Secretario General de la ONU convocó su Cumbre sobre el Cambio Climático y cientos de miles de personas salieron a las calles de Nueva York, fue entonces cuando supimos que teníamos el poder ciudadano de nuestra parte"
Desde el disparo de salida hasta la línea de meta de la conferencia, cada vez que un gobierno bloqueaba el avance de las negociaciones, nosotros respondíamos, y cuando abrían camino, lo íbamos pregonando. Nuestra comunidad ha exigido a nuestros dirigentes que llegaran más lejos a través de 45 acciones diferentes en solo 14 días. Y hemos logrado un impacto increíble:
Después de que el gobierno indio se mostrara en contra del uso de energías 100% limpias, los miembros de Avaaz filmaron las inundaciones de Chennai y proyectaron estas imágenes junto con mensajes procedentes de toda la India en una pantalla situada dentro de la conferencia. Al día siguiente, un destacado medio nacional anunció que Modi había cambiado de opinión, y declaró: “¿Que qué es lo que ha provocado este giro? … Un vídeo que estaban proyectando en pantallas gigantes dentro del recinto de negociaciones del cambio climático con entrevistas a los supervivientes de las inundaciones de Chennai”.
Y eso fue solo el principio -- nuestras marchas, mensajes y llamamientos en vídeo se exhibieron continuamente en el exterior de la sala principal de negociaciones. Todos los días, les recordamos a Jefes de Estado, ministros y a todas sus delegaciones nuestra presencia, llamándoles a la acción.
Después, tras haber empapelado París de carteles con las caras de los representantes de los peores grupos de presión de las empresas de combustibles fósiles y negacionistas del cambio climático, exigiendo a nuestros ministros que los ignoraran, ¡conseguimos que la representante de la mayor compañía minera del mundo se retirara del todo de las negociaciones!
Cuando se supo que Argentina y Arabia Saudita iban en contra del acuerdo, los miembros de Avaaz de estas dos partes del mundo iniciaron acciones urgentes y conseguimos una extensa cobertura mediática. En Argentina, inundamos de mensajes al nuevo presidente electo, que se había comprometido al uso de energías renovables, para que mandara una delegación a París. Y esta llegó en cuestión de días. El gobierno saudita estaba tan preocupado por la atención pública que un abogado llamó a nuestro equipo en representación del reino para decir que nos iban a demandar.
Y, hace solo unas horas, la ministra alemana daba las gracias personalmente a los miembros de Avaaz por hacer que ella y su delegación se sintieran respaldados constantemente durante todas las negociaciones.
Pero, seguramente, lo más efectivo que hizo nuestra comunidad fue recaudar cientos de miles de dólares para reforzar la presencia de las Islas Marshall en las negociaciones. Su ministro se convirtió en uno de los héroes de París al anunciar la Coalición de Alta Ambición, que salvó la tóxica brecha norte-sur y consiguió que 100 países se pusieran a trabajar juntos.
Cuando pidieron que otros países se unieran a ellos, los miembros de Avaaz lanzamos campañas y empezamos a enviar mensajes a las delegaciones de las grandes economías emergentes -- en unas horas, Brasil había respondido al equipo de Avaaz y, 48 horas más tarde, también se sumó a la Coalición de Alta Ambición.
¡Y esas son solo algunas de las increíbles campañas en las que hemos trabajado en este corto período de tiempo!
Todo el mundo esperaba que el proceso de la conferencia del clima resultara un fracaso. Los dirigentes nos decían una y otra vez que “a la gente no le importa el cambio climático”. Pero sabíamos que se equivocaban. Sabíamos que esta comunidad, formada por millones de personas, siempre elige salvar nuestro planeta como prioridad fundamental año tras año en nuestro trabajo juntos.
Desde 2007, en Bali, en Copenhague, en las cumbres del G7, en las capitales clave y ahora en París, así es como hemos contribuido a demostrar a los líderes lo equivocados que estaban:
La lucha de nuestro movimiento contra el cambio climático comenzó en Bali hace ocho años, cuando los miembros de Avaaz enviamos miles de mensajes a los países que se oponían al acuerdo y financiamos un anuncio en prensa al que el periódico más importante de Japón atribuyó parte del mérito de que el gobierno cambiara de postura. Juntos, ayudamos a presionar a los dirigentes para que se pusieran de acuerdo en una hoja de ruta que preparara el terreno para la gran conferencia sobre el clima de Copenhague y el acuerdo final en París.
Durante un año entero, nuestra comunidad dejó todo en un segundo plano para concentrar sus esfuerzos en la Cumbre de Copenhague -- encabezando cientos de vigilias y manifestaciones por todo el mundo, haciendo cientos de miles de llamadas a las autoridades, entregando millones de firmas de peticiones y liderando una Llamada de Atención Mundial a presidentes y primeros ministros. Los dirigentes no lograron hacer historia pero, tal y como expresó un miembro de Avaaz: “el elefante ha comenzado a moverse y, cuando un elefante empieza a moverse, es difícil pararlo…”.
“Han impulsado el idealismo del mundo… No subestimen el poder que tienen sobre los dirigentes aquí presentes”.
A pesar de que el resultado de Copenhague fue decepcionante, nuestro movimiento nunca perdió la esperanza. En lugar de eso, en cada país y a cada oportunidad que se nos presentaba, los miembros de Avaaz seguían luchando con uñas y dientes para lograr las políticas que necesitábamos en materia de cambio climático. Organizamos una protesta en la Cumbre de Durban en solidaridad con los países en vías de desarrollo, montamos vigilias con velas tras el desastre nuclear de Japón y creamos una petición mundial de 1,5 millones de firmas para salvar nuestra preciada Amazonía.
Copenhague nos enseñó que teníamos que ser mucho más grandes si queríamos derrotar a los grupos de presión de la industria de combustibles fósiles y convencer a nuestros dirigentes. Y eso es lo que hicimos: ¡pasar de ser 3 millones de miembros a ser más de 30 millones!
Tras haber trabajado codo con codo con muchas organizaciones afines y después de meses de preparativos, organizamos la mayor marcha por el clima de la historia -- 400.000 personas en Nueva York y otras 300.000 por todo el mundo -- en vísperas de una crucial Cumbre sobre el Clima de la ONU. Todo para trasladar este potente mensaje: el mundo quiere energías 100% limpias. Semanas más tarde, EE.UU. y China firmaron un acuerdo histórico para reducir sus emisiones. El momento político en materia climática había cambiado.
”Nuestra ciudadanía sigue saliendo a la calle. No podemos hacer como que no los oímos. Tenemos que dar una respuesta”
Aprovechando el impulso de las marchas, pusimos toda nuestra atención en las economías más ricas y lo dimos todo para apoyar el mandato de Alemania en el poderoso G7. Fuimos miles los que financiamos encuestas de opinión y contundentes anuncios señalando a los países clave que estaban bloqueando cualquier progreso en materia climática, entregamos nuestra petición de 2,7 millones de firmas en persona a todos los ministros clave alemanes y franceses -- reuniéndonos en persona con el presidente francés, François Hollande. Cientos de miembros de Avaaz siguieron a la canciller alemana, Angela Merkel, por casi todos los eventos públicos a los que asistía, instándola a ser una heroína climática. ¿El resultado? ¡Los líderes del G7 dijeron adiós al uso de combustibles fósiles, comprometiéndose a eliminar la contaminación por CO2 en el transcurso de este siglo! Las cosas estaban cambiando.
Con la cuenta atrás a París en marcha, fuimos cientos de miles los que nos registramos para salir a la calle justo antes de la crucial cumbre. Miembros de Avaaz de todo el mundo sacaron adelante eventos y manifestaciones. Pero los trágicos atentados de París nos conmocionaron a todos, haciendo imposible la celebración de la mega marcha de París y otras planeadas en Francia....
Entonces, los miembros de Avaaz respondieron con esperanza y creatividad y, en solo unos días, logramos reunir y colocar una increíble instalación de más de 22.000 zapatos en el centro de París para simbolizar a todos aquellos manifestantes que no pudieron salir a la calle -- ¡el Papa y el Secretario General de la ONU también aportaron sus zapatos!
¡Y, mientras los líderes mundiales llegaban a París, batíamos nuestro propio récord! Desde Sao Paulo hasta Saná, pasando por Sídney, más de 785000 personas salieron a la calle en 2.300 eventos en 175 países -- unidos en una sola voz para pedir un futuro de energías 100% limpias y así salvar todo aquello que amamos. ¡Imagínate si los cientos de miles de personas que se esperaba que salieran a la calle en París y por toda Francia hubieran podido hacerlo también!
Los mensajes y las imágenes de las marchas mundiales corrieron como la pólvora, llegando a las portadas de decenas de importantes periódicos. La prensa nacional e internacional se interesó por ellas y brillaron en una pantalla grande situada en el corazón del centro de la conferencia. Ya habíamos marcado la pauta.
Aún nos quedan décadas de trabajo por delante si queremos estar a la altura de la promesa que nace de este momento.
Tenemos que ser más ambiciosos para cumplir con nuestro objetivo de usar energías 100% limpias para 2050 y rebajar la cota que recoge el acuerdo ahora, que habla de “segunda mitad del siglo”. Necesitamos que los países ricos aporten más fondos para que los países en vías de desarrollo puedan prescindir totalmente del carbón y sacar a cientos de millones de personas de la pobreza. Tenemos que hacer que los gobiernos de todo el mundo mantengan el calentamiento del planeta por debajo de los 1,5 grados para que las naciones insulares puedan sobrevivir. Y, sobre todo, debemos asegurarnos de que nuestros gobiernos cumplan las promesas que han hecho aquí en París.
Pero hemos ganado mucho --
Fundamentalmente, lo sucedido anoche sirve para mandar un mensaje claro a los inversores de todo el mundo: apostar por los combustibles fósiles es tirar el dinero. El beneficio está en las renovables. La tecnología que nos traerá energías 100% limpias es el negocio del futuro.
La historia nos entrega grandes momentos cuando se notan vientos de cambio -- y uno lo siente en el aire. Lo mejor de nosotros saca ese poder y lo aprovecha para impulsar un nuevo camino. Tal y como nuestros hermanos y hermanas de Sudáfrica consiguieron la igualdad legal, los miembros de la comunidad LGBTQ de Estados Unidos lograron el derecho a casarse con las personas que aman y el movimiento de no-violencia de Ghandi dio nuevas esperanzas a la India, estamos a punto de ver cómo soplan para nosotros esos nuevos vientos de agradable perfume.
Vamos a aprovechar este momento juntos y, juntos, vamos a navegar bajo la vela de la humanidad que compartimos por todos los mares, ríos y lagos que nos dividen. Llevémosle esta promesa del ahora a nuestros hijos para proporcionarles un futuro hermoso, seguro y limpio.
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