Mientras lees este correo, tus emails, llamadas y chats privados están siendo absorbidos por un mega sistema de vigilancia global que captura nuestros datos. La mejor manera de recuperar nuestra intimidad es unirnos desde cada rincón del mundo para plantar cara.

Hace 2 años le conté al mundo entero cómo una serie de programas de espionaje estaban acechando nuestras comunicaciones. Cuando el escándalo salió a la luz, los Gobiernos implicados intentaron defender lo indefendible, pero la presión ciudadana fue tan fuerte que conseguimos que se hicieran algunos cambios para mejorar nuestra seguridad.

Pero era sólo el principio de la lucha. Los que están detrás de los programas de vigilancia siguen intentándolo a toda costa yendo a los tribunales y moviendo hilos a escondidas.

Esta semana mientras nuestros Gobiernos se reúnen en la sede de Naciones Unidas hay una oportunidad única para contraatacar. Acaban de elegir a un nuevo responsable de privacidad con la autoridad suficiente como para fijar nuevos estándares globales que nos protejan, y poner sobre la mesa una idea que puede cambiarlo todo si le brindamos nuestra ayuda: un tratado internacional para proteger nuestro derecho a la privacidad.

Firma ahora y corre la voz para los líderes mundiales apoyen la propuesta -- proteger nuestra privacidad de la vigilancia ilegal a gran escala es un derecho humano que la ley debe proteger.