Hace diez meses, cuando Jesús Armas salía de una cafetería, unos encapuchados se lo llevaron. Durante su audiencia virtual, en la que no pudo contar con la presencia de abogado ni la compañía de sus familiares, fue acusado de “traición”. Su verdadera infracción no era otra que colaborar con la oposición, incluida la líder María Corina Machado, quien recibió el Premio Nobel de la Paz hace apenas dos días.

Jesús es una de las cientos de personas encarceladas sin juicio ni acusaciones formales por el simple hecho de disentir. El gobierno de Maduro ha sometido a malos tratos, reclusiones prolongadas o incluso desapariciones forzadas a mujeres, adolescentes, panaderos, profesoras y hasta policías, prácticas que la oposición lleva años denunciando.

El próximo 19 de octubre, el Papa canonizará a los primeros santos venezolanos, un gesto histórico que podría trascender lo religioso y abrir una oportunidad en el ámbito político. Si León XIV menciona la terrible situación de los presos políticos, especialmente tras la reciente atención que el Nobel ha puesto sobre Venezuela, visibilizará su causa entre la comunidad católica venezolana y mundial, y pondrá a Maduro en el punto de mira.

Las familias de los presos políticos, conscientes de que será un momento decisivo, han reunido el valor de viajar a Roma para solicitar al Vaticano que se pronuncie sobre sus seres queridos y nos han pedido apoyo para llegar arropados por miles de voces clamando por la libertad. ¿Puedes añadir tu nombre y compartir con tus amistades?