Corren tiempos muy peligrosos para mi pueblo. Ni siquiera me atrevo a mostrar mi rostro.
El gobierno de Tanzania nos está hostigando. Empezaron envenenando el agua y matando a nuestro ganado. Ahora nos atacan a nosotros.
Yo estaba presente el día que abatieron a tiros a unas madres masái. Tuvimos que huir para salvar la vida.
El gobierno pretende montar lujosos complejos turísticos y reservas de caza en nuestras tierras pero, gracias al apoyo de Avaaz, hemos estado luchando en los tribunales para evitar los desalojos. Quiero que sepas que las donaciones de gente como tú han permitido que miles de masái conservemos nuestro modo de vida y nuestro lugar en la Tierra.
Pero el gobierno ha vuelto a la carga y, en cuestión de semanas, podría expulsar a 20 mil masáis de sus tierras. Por eso me permito volver a pedirte ayuda. Creo que tenemos posibilidades de ganar, pero somos un pueblo de pastores que vive modestamente de la tierra y lo cierto es que no podemos permitirnos más batallas legales.
No es caridad lo que pido, sino que vuelvas a apoyarnos. Con dinero suficiente, Avaaz podría:
- Financiar la defensa legal masái, aportando fondos para la investigación, la recolección de pruebas y un equipo de asesoramiento jurídico que impida los desalojos y libere a las personas detenidas ilegalmente.
- Apoyar a las comunidades indígenas que luchan para impedir la construcción de un oleoducto colosal que partiría en dos África Oriental.
- Respaldar las protestas de los líderes indígenas amazónicos contra la minería, la tala y la agroindustria que están destrozando la selva.
- Organizar campañas urgentes en defensa de los derechos indígenas y del equilibrio de la Tierra.