La gente grita de hambre en Sudán.

Cuando la crisis alimentaria ya se extendía por el país, los recortes de Trump a la ayuda internacional han obligado a cerrar cerca del 80% de los comedores comunitarios de emergencia. Es una sentencia de muerte para millones de personas.

Estamos hablando de gente que ha huido de las masacres y la violencia sexual. De familias que tuvieron que dejarlo todo atrás por una guerra civil que arrastra peligrosamente a su país hacia el genocidio. Y de bebés con desnutrición aguda que no tienen fuerzas ni para llorar.

Esta es una petición de emergencia para recaudar fondos.

Cuando estalló la guerra, varios colectivos juveniles, médicos y comunitarios se organizaron para crear más de mil comedores de emergencia. Su labor fue vital para millones de personas, pues solo ellos llegaban a algunas zonas devastadas por la guerra y abandonadas a su suerte.

Pero ahora Trump ha cortado la ayuda y los líderes mundiales se ponen de perfil mientras la gente en Sudán se muere de hambre.

Desde Avaaz, podemos hacer que muchos de estos comedores vuelvan a funcionar. Nuestras contribuciones pueden evitar la hambruna a miles de familias e impulsar nuestra campaña por la paz. Seguiremos sacando a la luz los crímenes de guerra y llevando la voz del pueblo sudanés a los medios de comunicación de todo el mundo.

Cuanto más recaudemos, más gente podremos ayudar en los próximos días. Cada donación marcará una gran diferencia. Dona ya lo que puedas.


En Avaaz ponemos especial cuidado en el uso de imágenes de menores. En este caso, nos ha parecido importante que el mundo viera el horror que se está viviendo en Sudán, pero hemos optado por una fotografía que no desvele la identidad de los retratados, una madre y su hijo en el hospital Mother of Mercy, en el estado sudanés de Kordofán del Sur.