Niños muriendo de hambre en Gaza. Bombas nucleares en los titulares. Familias separadas en Estados Unidos. Y en Sudán, la peor crisis humanitaria del planeta.
Entretanto, la concentración de dióxido de carbono en la atmósfera ha batido su récord y un millón de especies está al borde de la extinción.
Vivimos una de las mayores crisis de la vida en la Tierra y, sin embargo, los gobiernos están recortando las ayudas y precipitándonos hacia el caos climático.
Pero no olvidemos un detalle: en nuestro interior también arde una llama. La de nuestro poder.
Y cada día, los miembros de Avaaz como tú lo demuestran con pequeños gestos de solidaridad que reverberan por todo el planeta:
- Estamos despejando una vía de escape para un grupo de mujeres activistas perseguidas por los talibanes.
- Contribuimos a proporcionar seguridad las veinticuatro horas del día a líderes indígenas amenazados de muerte en la Amazonía.
- Estamos luchando contra un megaoleoducto en África Oriental y financiando batallas legales que harán rendir cuentas a los grandes causantes de la contaminación.
- Hemos llevado provisiones de emergencia a Sudán y expuesto las atrocidades que se están cometiendo allí, y cuando en Siria hicieron falta productos de primera necesidad, entregamos más ayuda que muchos países.
Ahora queremos recaudar fondos para darle a nuestra labor el empujón que necesita para estar a la altura de las circunstancias.
Tu apoyo contribuirá a impulsar nuestras campañas para poner fin a las atrocidades en Gaza y a dar respaldo a las comunidades indígenas que custodian los ríos, corales y selvas de nuestro planeta. Redoblaremos nuestros esfuerzos para proteger a la población civil y acabar con la guerra de Sudán, además de rebelarnos contra los presidentes autoritarios del mundo y los tecno-oligarcas que están destrozando el planeta.
Es el momento de que esa llama tome fuerza. Si alguna vez te has planteado aportar, únete ahora y dona lo que puedas.